filtro aire

Cuidados de tu coche con frio

Con la llegada del frío invierno es necesario incrementar los cuidados de tu vehículo debido a los estragos que las bajas temperaturas y el hielo pueden causar en los elementos más sensibles del coche, como el motor y las lunas.

Con hielo en parabrisas no es aconsejable accionar los limpia
Con hielo en parabrisas no es aconsejable accionar los  limpia

 

Después del cambio de estación para los próximos tres meses, el invierno por fin ha llegado con el descenso de los termómetros, heladas y algunas nevadas. Aunque el clima en nuestro país no es tan extremo como en otras latitudes, los vehículos, sobre todo aquellos que “descansan” en el exterior, quedan expuestos a los estragos del invierno. Por este motivo, desde Talleres M&D queremos darte unas pautas para proteger a los automóviles del frío y del hielo.

Lunas y limpiaparabrisas

 

Es importante prestar atención a las lunas del vehículo y a los limpiaparabrisas, ya que es uno de los elementos más sensibles a las bajas temperaturas. Uno de los trucos más utilizados por los conductores es tapar el parabrisas con un parasol, un cartón o una manta para evitar que el frío y el hielo afecte a nuestro cristal. De esta forma evitaremos tener que rascar el hielo acumulado con una rasqueta de plástico. Para ayudarte en la tarea, lo mejor es arrancar el coche y poner la calefacción. Una vez dentro del vehículo, con el fin de evitar la condensación por la diferencia térmica entre el interior y el exterior, es necesario poner el aire acondicionado y abrir un poco la ventanilla.

Líquidos y circuitos 

Dada la importancia del aire acondicionado y de la calefacción especialmente durante esta época del año, es importante prestar atención a los filtros de aire. En este punto, cabe recordar que hay que evitar rellenar con agua el circuito de refrigeración en invierno, ya que el agua incrementa su volumen al congelarse y podría reventar el motor. Por supuesto, también es importante rellenar el depósito de líquido del limpiaparabrisas con liquido   limpiaparabrisas con aditivos anticongelantes, para llegado el momento, poder utilizarlo sin ningún inconveniente ante posibles problemas de visibilidad.

Filtro de aire
Filtro de aire

 

Batería y motor

 

La batería suele perder capacidad por el frío, por eso es posible que al vehículo le cueste arrancar. Lo ideal es recargarla antes del cambio de estación y aplicar productos que bajen el punto de congelación y eliminen depósitos salinos que disminuyen el contacto.

 

Comprobar carga de batería
Comprobar carga de batería

 

 

Las acciones que no se deben hacer nunca ante una helada

Por otro lado, hay muchas acciones que nunca se deben hacer para eliminar el hielo: entre los errores más frecuentes, accionar el parabrisas y echar agua. El agua puede empeorar la situación al haber un cambio de temperatura brusco. Los parabrisas, por su parte, se pueden dañar si se accionan con hielo y estropearse.

 

Tirar sal sobre el hielo es otro de los errores más comunes entre los conductores para deshacerse de la helada. La sal evita el hielo, pero no es descongelante. Esta puede arañar el cristal y corroer la chapa.

Como reducir el consumo de combustible

 

En Talleres M y D os queremos enseñar a ahorrar: con estos 5 consejos reducirás el consumo de tu coche y le darás un buen respiro a tu cartera.

Hoy en día, el costo de repostar combustible es el gasto operativo más importante de un vehículo, y más con la subida actual de los carburantes. En apenas un año y 15.000 km, un coche de consumo modesto sacará de la cartera de su dueño unos 2.000 euros. Además, esta cifra puede ser muy superior si conducimos de forma agresiva, si nuestros neumáticos tiene una presión inadecuada, o si descuidamos su mantenimiento.

1) Conduce más suave y usa el freno motor

La velocidad es enemiga del consumo. Cuanto más rápido circules, más combustible gastará tu coche. Menuda obviedad, estaréis pensando. En efecto, pero quizá no sepas que circular a 140 km/h incrementa el consumo en un 30% con respecto a circular a 120 km/h. Un diferencial de consumos que aumenta de forma exponencial a la velocidad, no de forma directa. En un viaje por autopista de una hora, solo ganarás 5 minutos por haber circulado a 130 km/h, y habrás gastado hasta un euro más. Piensa en el efecto acumulativo en miles y miles de kilómetros.

Conducir rápido aumenta el consumo
Conducir rápido aumenta el consumo

Modera tu velocidad. Llegarás a tu destino más relajado, someterás a tu coche a menos degaste y te expondrás a menos multas. Además, ¡ahorrarás!

Por supuesto, este consejo no es válido para aquellas personas que llegan tarde a todas partes y viven en un estado de prisa permanente – las mismas que intentan arañar el tiempo perdido en el tiempo de viaje. Si planificas correctamente tus viajes y eres organizado, la demora en tiempo apenas será perceptible, y en 4.000 o 5.000 km el ahorro podría suponer el equivalente un depósito de combustible completo.

Evita los acelerones, y evita revolucionar el motor en exceso. Si estás circulando por ciudad, tus pastillas de freno y tus pasajeros también lo agradecerán. No te estoy pidiendo que circules siempre en la marcha más larga, te estoy sugiriendo que aceleres de forma gradual y anticipes tu conducción al entorno y al tráfico. No solo conduciendo más lentamente se ahorra combustible, se puede ahorrar aún más combustible conduciendo de forma suave

Conducción eficiente no es igual a conducción lenta o aburrida. De hecho, es todo un desafío para el conducir.

La anticipación lo es todo en la conducción eficiente. Estoy cansado de ver cómo mucha gente no usa el freno motor adecuadamente, especialmente en ciudad. Si un semáforo se ha puesto en rojo a doscientos metros – o un camión de reparto está bloqueando la calle – decelera suavemente usando el freno motor, no sigas acelerando para dar un frenazo a escasos metros del paso de cebra: no ahorrarás ni un solo segundo y desgastarás tu coche de forma acelerada.

Si utilizas el freno motor ahorrarás combustible
Si utilizas el freno motor ahorrarás combustible

Cuando usamos la retención del motor, la mecánica no inyecta un solo mililitro de combustible, aunque el cuentavueltas supere las 5.000 rpm. Es especialmente importante en bajadas prolongadas, así como en conducción por carreteras secundarias. Otro ejemplo: en vez de frenar con fuerza antes de entrar en una zona urbana, deja que el coche se vaya poco a poco frenando: no gastarás nada de combustible y llegarás a la señal de 50 km/h a la velocidad adecuada. Es sentido común – en ocasiones, el menos común de los sentidos.

Al ralentí, el motor consume combustible. Usando el freno motor, ni un solo mililitro es inyectado.

Un último apunte, el freno motor también ayuda a que el coche esté más estable en deceleraciones, y en curva. En muchas ocasiones veo a conductores que se aproximan a un obstáculo, quitan la marcha, frenan, y cuando llegan a la velocidad adecuada, vuelven a meter la marcha. Además de someter a los frenos a un esfuerzo innecesario, están jugando con su seguridad.

2) Usa neumáticos de baja resistencia a la rodadura y con la presión adecuada

Si tu coche es deportivo o circulas habitualmente a ritmos ágiles, nadie va a negar que un compuesto deportivo es tu mejor aliado. No obstante, si quieres bajar el consumo de tu coche, equípalo con neumáticos de baja resistencia a la rodadura. Puedes conocer su eficiencia en su etiquetado: un C o una B ya ofrecen un nivel de fricción bajo. Con estos neumáticos no lograrás reducir en un litro el consumo a los 100 km de tu coche, pero puede que sí en un par de décimas. Además, suelen tener una durabilidad superior a la media

Un buen neumático de baja resistencia a la fricción no tiene por qué descuidar el agarre o su eficacia en lluvia.

Presión adecuada neumáticos
Revisar presión neumáticos ayuda a ahorrar combustible

Montar unos Michelin Energy Saver no sirve de nada si no vigilas su presión en meses. Unos neumáticos con baja presión aumentarán el consumo de combustible, y se desgastarán de forma irregular, además de empeorar el comportamiento del coche. Lleva siempre los neumáticos a la presión recomendada, o un par de décimas por encima de ella. En algunos coches, además de la presión estándar, se recomienda una presión 0,3 o 0,4 bar superior si buscamos una mayor eficiencia en el consumo de combustible – ahora bien, cuidado con sobre-inflarlos.

3) Quita la baca del techo y vacíalo de trastos inútiles. 

Si estamos en plena primavera o en otoño, y desgraciadamente, no vas a volver a subir a esquiar. La baca que llevas en el techo de tu coche aumenta la resistencia aerodinámica que tu motor debe vencer, incrementando el consumo de combustible. Sin embargo, los cofres de techo son mucho peores que las bacas: pueden incrementar hasta en un 20% el consumo del coche. Entendemos que son prácticos en viajes de larga duración, pero si no los vas a usar, no seas perezoso: cuando hayan cumplido su función, desmóntalos.

Cualquier elemento que empeore la aerodinámica del coche aumentará el consumo de combustible. Así de simple.

La carga del maletero aumenta el consumo
La carga del maletero aumenta el consumo

¿Hace cuanto tiempo llevas ese trasto que trajiste de casa de tu madre en el maletero, o esas cosas de la niña que ya no las usa? Está bien llevar una serie de cosas a bordo, pero dentro de un límite sano: no quieres llegar al “síndrome de Diógenes rodante”. Todos los “trastos” que llevamos a bordo de nuestro coche pueden sumar decenas de kilos. Y como sabes, cuando aumenta el peso de un vehículo, aumenta su consumo. No tiene sentido arrastrar kilos extra sin motivo alguno. Además, nunca viene mal ordenar tu coche y vaciar el maletero de trastos.

4) Revisa el estado de tu filtro de aire y no descuides el mantenimiento de la mecánica.

El filtro de aire es uno de los elementos con más influencia directa en el consumo del motor, al menos en lo que al mantenimiento se refiere. Es el que se encarga de que el aire que entra en la admisión del motor está limpio. Este proceso de filtrado acaba obstruyéndolo con los kilómetros, y de hecho, es recomendable su sustitución cada 30.000 km – es sencilla y cuesta apenas 10 o 15 euros. El motor respirará más libremente, y al perder este “cuello de botella”, además de reducir su consumo de combustible, empujará con más fuerza.

Filtro de aire
Filtro de aire

Con un flujo de aire restringido, el motor lo compensa quemando más combustible

El filtro de aire no es el único elemento de tu mecánica que necesita ser vigilado. No conviene descuidar el estado de las bujías, los filtros de combustible – especialmente en coches alimentados por gasóleo – y realizar los cambios de aceite cuando el fabricante lo recomienda. Un aceite limpio y reluciente siempre es más beneficioso para tu motor que un aceite que tendría que haberse cambiado hade 5.000 Km, sucio y cargado de residuos de la combustión. Solo si la salud de tu motor es óptima lograrás que te ofrezca los mejores consumos y prestaciones.

El motivo más habitual para que un coche diésel consuma más de lo habitual es que el filtro de combustible esté en malas condiciones. El estado de todos los filtros del coche suele estar directamente relacionado con esta cuestión.

Filtros

Si nuestro vehículo consume mucha gasolina debemos llevarlo al mecánico para que revise el estado del circuito de encendido y el de alimentación, porque podría haberse desajustado la cantidad de gasolina que quema el motor para funcionar.

rotulas del coche

5) Planifica tus rutas adecuadamente

Imagina que vas a llevar a cabo un viaje de varios cientos de km, y puedes optar por una ruta de autopista o una ruta que combina autovías con carreteras nacionales. Siempre que sus orografías sean similares, el segundo caso será más eficiente que el primero – debido a una velocidad más moderada, principalmente. Conoce las rutas por las que circulas habitualmente, aprende la sincronización de sus semáforos, y en ciertas ocasiones, opta por una ruta más larga que evite un pesado atasco.

Planifica el itinerario
Planifica el itinerario

Antes de emprender un viaje, analiza las alternativas para llegar a tu destino, así como su orografía.

 

Mantenimiento preventivo

¿Cómo llevar el mantenimiento de tu coche?

 Casi todo el mundo saber que los coches necesitan un mantenimiento mínimo que pasa por cambiar ciertos elementos: aceite, pastillas de freno, correa de la distribución… Sin embargo, muchas veces pasamos por alto otros mecanismos que también necesitan ser revisados y puestos a punto cada cierto tiempo.

 

En Talleres M&D te contamos los pasos a seguir para llevar correctamente el mantenimiento del coche y, de esta manera, evitar averías.

 

Más vale prevenir que curar, dice el refrán. Esta máxima es válida para casi todo en esta vida y aplicada al mantenimiento del coche lo es, si cabe, más todavía. Cambiar la correa de la distribución, por poner un ejemplo, es una operación que nos llevará varios cientos de euros, pero de no hacerlo podemos provocar una avería de miles de euros o, directamente, tener que enviar nuestro coche al desguace.

Casi todo el mundo sabe que hay que cambiar la correa, el aceite, los neumáticos… pero otros elementos no son tan evidentes y, sin embargo, sustituirlos es igual de importante.

Los consejos que te voy a dar a continuación son generales; lo ideal es que revises el manual de instrucciones de tu coche o el de mantenimiento (también llamado libro de servicio), donde vendrán especificados los planes y, en ocasiones, un «check list» con los puntos que tenemos que revisar y cada cuánto debemos hacerlo.

 

Lo primero que hay que saber es que algunos componentes de tu vehículo no sólo se desgastan con el uso: también con el tiempo, por eso las revisiones periódicas del plan de mantenimiento del coche son cada 10.000 km o un año, por ejemplo. Aunque no llegues a realizar los 10.000 km en un año, deberás inspeccionarlos igualmente.

 

El líquido de frenos, cada 2 años

Éste es uno de los elementos que envejece con el tiempo más que con los kilómetros. La mayoría de los líquidos de freno que se emplea en el automóvil son compuestos de un alcohol hidrófilo (sus moléculas tienen gran afinidad por las de agua); esto hace que vaya absorbiendo el agua que hay en el ambiente, lo que produce 2 efectos muy peligrosos:

  • Baja el punto de ebullición, por lo que hierve a menos temperatura y podemos quedarnos sin frenos por un exceso de calor bajando un puerto: el pedal se vuelve esponjoso y apenas detiene el coche. Se conoce como fadding del líquido de frenos.
  • El agua favorece la formación de óxidos y puede emulsionar el líquido, produciendo averías en el sistema de frenado.

 

Liquido de Frenos

Tener un accidente o reparar un cuerpo de válvulas del ABS es infinitamente más caro que cambiar (ineludiblemente) el líquido de frenos en un plazo máximo de dos años. Un litro de DOT 4 cuesta unos 10 euros y una hora de mano de obra; un grupo hidráulico puede multiplicar por 30 ese importe.

El mismo fluido suele emplearse para el mecanismo del embrague en los coches con mando hidráulico: debemos sustituirlo también, aprovechando que hacemos lo mismo con el de los frenos.

Filtros: el del aceite y más…

Todo el mundo sabe que al cambiar el aceite se debe sustituir también el filtro (en cada cambio, no cada dos, como he visto a veces en algún taller… el precio medio de un filtro de aceite es de 12 euros, por esa cantidad no merece la pena ensuciar el aceite nuevo haciéndolo pasar por un filtro viejo). Aunque es el más conocido, no es el único filtro del coche.

Filtros

Es sorprendente que hasta 1978 a nadie (fue Saab) se le ocurriera que si se pone un filtro de aire en el motor para no dañar los cilindros por la entrada de impurezas, no sería mala idea «tamizar» el aire que respiran los pasajeros, bastante más importantes que un propulsor. Así, la marca sueca fue pionera al incorporar un filtro en la entrada de aire al habitáculo.

Dichos filtros se colman rápidamente (sobre todo en las ciudades), porque para aumentar su efectividad están cargados electroestáticamente con el fin de atrapar el polvo, polen, etc. Se deben sustituir cada año. Si alguna vez ves el estado en el que se suelen encontrar, entenderás el trabajo tan importante que cumplen. Además, un filtro del habitáculo en mal estado puede provocar averías en el sistema de climatización, malos olores y un mayor consumo energético -al reducir el flujo de aire-.

 

 

Guía de mantenimiento del coche: ¿cuándo debemos cambiar los filtros?

  • Filtro de aceite:se debe cambiar cada vez que se sustituya el propio aceite; en un coche moderno suele ser cada año o 20.000 km, lo que antes alcancemos. En modelos más veteranos, el cambio debe hacerse cada 10.000 km: consulta el plan de mantenimiento de tu vehículo.
  • Filtro de aire motor: muchas veces basta con limpiarlo y «soplarlo»; se debe revisar al menos una vez al año, aunque suele aguantar más, dependiendo de lo polvorienta que sea la zona en la que nos movamos habitualmente.
  • Filtro de combustible:lo normal es que se sustituya cada 4 años o 60.000 km, es muy importante en los motores modernos de inyección directa de gasolina, con el fin de evitar daños en la bomba de alta presión e inyectores.
  • Filtro de aire del habitáculo: se debe cambiar una vez al año, así evitaremos la proliferación de ácaros y alergias.
  • Filtro de aceite en la caja de cambios automática: es vital para la vida de la caja de cambios, se debe cambiar junto con el fluido hidráulico cada 60.000 km.

Mantenimiento del coche: los líquidos caducan

En el coche hay varios fluidos que envejecen con los kilómetros, pero también los cambios de temperatura, la suciedad y el tiempo terminan por hacer que pierdan sus propiedades, por lo que es conveniente su sustitución.

Niveles de liquido refrigerante
Revisar niveles del liquido refrigerante
  • Líquido refrigerante: actualmente se emplean refrigerantes orgánicos que son «de por vida». Sin embargo, no está de más cambiarlo y hacer un flushing (limpieza con otro líquido) del circuito de refrigeración para mantenerlo en perfecto estado. En mi opinión, debe hacerse cada 10 años. Si tu coche tiene más edad y utiliza un anticongelante de los convencionales, basado en glicol, debes sustituirlo cada 2 o 4 años como máximo; de lo contrario pierde propiedades y puede romper el bloque motor al helarse… o provocar calentones en verano, reparaciones que pueden multiplicar por 100 el precio del anticongelante.
  • Aceite del motor: en los coches modernos se ha alargado mucho el intervalo para el cambio de aceite. Un buen aceite sintético puede superar fácilmente los 15.000 km (aunque debes revisar el nivel cada 1.000 km o mensualmente). El libro de mantenimiento te indicará el período recomendado. Síguelo a rajatabla.
  • Aceite del diferencial y caja de cambios manual: estos fluidos vienen marcados en el manual del coche como «sin mantenimiento»; en teoría deberían durar toda la vida. Yo no estoy muy de acuerdo con esta afirmación y te recomiendo sinceramente que los cambies cada 100.000 km o 10 años.
  • Líquido de transmisiones automáticas: es importantísimo reemplazar el aceite en las cajas de cambio automáticas, sobre todo en las que funcionan con un convertidor de par, pues alcanzan temperaturas importantes. No te ahorres ni un céntimo en un líquido de mala calidad o en alargar su sustitución, ya que la reparación de una caja de cambios automática puede ser ruinosa. Lo normal es que se deba sustituir cada 60.000 km o 5 años como máximo, pero consulta el manual de tu coche.
  • Líquido de servodirección: poco a poco, las direcciones eléctricas están haciendo desaparecer las de asistencia hidráulica, pero aún existen y debes cambiar el líquido cada 100.000 km o 10 años para evitar averías en los retenes.
  • Líquido LHM Citroën: la excepcional suspensión hidroneumática de Citroën necesita tener en perfecto estado el líquido LHM para evitar problemas. Sigue el plan de mantenimiento al pie de la letra.

 

Periféricos del motor

 

Hay elementos en el motor que se deben cambiar para prevenir roturas que nos puedan dejar tirados o provocar averías graves. Es muy triste ver cómo tu viaje se va al traste cuando la grúa se lleva tu coche con algo tan banal como una correa del alternador rota. Suelen ser piezas cuyo coste es relativamente barato y que compensa con creces anticiparse a su fallo.

Correa Alternador

  • Correa de auxiliares: el movimiento giratorio del cigüeñal se emplea para más cosas que desplazar las ruedas del coche; también acciona elementos como el alternador, la bomba del agua, el compresor del aire acondicionado, etc. En algunos automóviles es una única correa la que mueve todos los auxiliares, en otros hay varias correas. Lo normal es que se cambien cada 100.000 km, pero no está de más que las revises cada año por si hay grietas o se han manchado con aceite, que las daña. Si oyes una especie de chillido al acelerar, lo más probable es que la correa esté patinando y pueda romperse, dejándote tirado o provocando averías graves.

 

 

  • Termostato del refrigerante: el termostato se encarga de abrir el paso del agua de refrigeración del motor al radiador para que se enfríe. Si se estropea, el agua no se refresca y podemos romper la junta de culata o incluso gripar la mecánica. Apenas cuesta 40 euros, cámbialo cada 10 años o 100.000 km.
  • Bomba de agua: es una gran olvidada hasta que falla y tenemos un problema. Puede durar toda la vida, pero merece la pena cambiarla antes de llevarnos un susto, sobre todo cuando nuestro coche la mueve mediante la misma correa que la distribución: en este caso, una bomba de agua gripada puede hacer saltar la distribución. Sustitúyela junto con la correa de distribución siempre.
  • Correa de distribución: es vital no apurar su cambio, mejor antes que después de la recomendación del fabricante. Lo normal es que vengan preparadas para ser reemplazadas cada 100.000 km o 6 años, pero revisa el manual de tu coche: sus intervalos de sustitución varían entre marcas.
  • Manguitos y tubos de goma: los motores modernos parecen más la obra de un fontanero que de un mecánico, están llenos de tubos y mangueras por las que circulan refrigerante, aire, gasolina… Con el tiempo, los manguitos pierden rigidez y se hinchan; además, se vuelven quebradizos. Comprueba su estado con frecuencia y empieza a «sospechar» a partir de los 10 años o 200.000 km. Muchos problemas de fallos de inyección se deben a tomas de aire provocadas por grietas en las tuberías correspondientes del propulsor, no serás el primero que cambia un caudalímetro de más de 500 euros por culpa de una pequeña fisura en un tubito de goma de apenas 4 euros. Revísalos y sustitúyelos al menor síntoma de vejez.

 

Mantenimiento vehículo

Todos sabemos que hoy en día conducir un coche es caro. Desde la idea romántica de un “me gusta conducir” hasta la adquisición del vehículo debemos tener en cuenta muchas variables porque se van a traducir en dinero en el corto, medio y largo plazo. El carnet es costoso, la compra del coche…. pero el mantenimiento correcto del automóvil requiere también un desembolso que, a la larga, acabará ahorrándonos dinero y, sobre todo, muchos disgustos.

Se puede leer en muchas entradas en internet artículos relacionados con el mantenimiento pero nos llama la atención una nota puesta en conocimiento por la Dirección General de Tráfico: la mayoría de los accidentes provocados por el vehículo se debe al factor humano pero en muchos casos podrían haberse evitado si se hubiera llevado a cabo un correcto mantenimiento del coche.

Son frecuentes los fallos en el sistema de frenado del vehículo y los motivados por el reventón de la rueda (que podría haberse evitado simplemente con haber mirado la presión del neumático y la profundidad del dibujo).

De esta forma podremos distinguir entre 3 tipos principales de mantenimiento:

 

Mantenimiento correctivo

Durante las tareas de mantenimiento correctivo tienen cabida las reparaciones o sustituciones de aquellos componentes del vehículo que han dejado de funcionar o ya no lo hacen adecuadamente.

 

Mantenimiento preventivo

El mantenimiento preventivo se refiere al seguimiento de las instrucciones del fabricante en las que se indica los espacios de tiempo o kilometraje en los que se deben sustituir ciertas partes del vehículo o cada cuánto deben ser revisadas.

Mantenimiento
Mantenimiento

 

Mantenimiento predictivo:

Hace referencia a aquel que convierte al propietario en observador, es decir, saber reconocer por los propios medios y sentidos si ha de realizarse alguna reparación antes de que el componente llegue a fallar.

 

Mantenimiento preventivo
Mantenimiento predictivo

 

La mayor parte del mantenimiento puede ser realizado por el mismo propietario si éste dispone de los medios y herramientas adecuadas. Será capaz de realizar comprobaciones tales como la revisión de la presión de los neumáticos (que debe realizarse mensualmente), observar el nivel del líquido de frenos, o verificar si el sistema de alumbrado del vehículo funciona correctamente.

Mantenimiento
Mantenimiento especializado

Sin embargo, hay apartados del mantenimiento que requieren el uso de mano de obra especializada, por lo que puede ser necesario acudir a un taller especializado, y no se debe escatimar a la hora de escogerlo ni optar por materiales de inferior calidad para abaratar el precio de la reparación. Hay que recordar que un buen mantenimiento puede salvar no sólo la vida del coche, sino también la de su propio conductor y su familia – en muchos casos –, así como la de otros conductores que circulen por la carretera.

No obstante, el mantenimiento del vehículo está a la altura, sin lugar a dudas, de otras precauciones que hay que adoptar cuando nos ponemos al volante, como no consumir alcohol ni drogas o prescindir de la conducción cuando nos sentimos fatigados, pues un coche bien engrasado y puesto a punto podrá responder de manera muy insatisfactoria sí, desgraciadamente, el conductor del mismo no está en plenas facultades y por ello provoca un accidente o siniestro.

Aire Acondicionado

La llegada del verano pone en alerta a los componentes de los vehículos.

Uno de los sistemas que más se utilizan es el aire acondicionado o el climatizador. Elementos indispensables para mantener el habitáculo en una temperatura óptima y que, tras varios meses de invierno, ha pasado un largo tiempo sin funcionar.

Desde Talleres M&D recomendamos, con la llegada del calor, revisar el sistema de aire acondicionado, en previsión de los largos trayectos que se recorren

En primer lugar, es necesario que el sistema de aire acondicionado tenga un correcto mantenimiento, algo que no es usual en los conductores al tratarse de un componente que solo se utiliza unos pocos meses al año. Cambiar los filtros permitirá que no pierda potencia ni sufra averías y será una de las operaciones de mantenimiento que más se realicen en los talleres estos meses. Lo más recomendable es sustituir estas piezas cada 15.000 kilómetros.

Filtros para el habitaculo y el aire acondicionado
Cambiar los filtros del habitáculo son importantes par el buen funcionamiento del Aire Acondicionado

Por otro lado, también se debe comprobar que todos los componentes del sistema de aire acondicionado están en óptimas condiciones para, por un lado su correcto funcionamiento, y por otro, no elevar el consumo del vehículo más de lo necesario. Su funcionamiento recae sobre todo en el compresor (que se acopla al giro del motor) y puede llegar a elevar el consumo de combustible en torno a un 5%.

Defectos tanto en el propio compresor como en el condensador, la válvula de expansión o el evaporador puede forzar el propio motor, elevar su consumo y causar averías.

Neumáticos

Las operaciones de mantenimiento y preventivas no son muy costosas pero tienen un valor fundamental además de evitar averías mucho más costosas.

En Talleres M&D te ofrecemos una revisión profesional de los puntos clave:

  • Comprobación del refrigerante.Hay que buscar indicios de  contaminación y fugas. Si se aprecia un brillo de aceite en la parte superior del refrigerante, puede haber fugas. Si se aprecia un tinte o espuma rosáceo, el fluido de la transmisión podría estar goteando en el refrigerante.
  • Comprobar la tapa de llenado de aceite. Si en la parte inferior de la tapa aparece un lodo marrón, es signo de una junta de culata defectuosa.
  • Comprobar la varilla de nivel de aceite. Si el nivel de aceite es demasiado alto, una culata defectuosa podría estar dejando que el refrigerante se filtre en el aceite. La presencia de lodo en la varilla también puede significar una junta de culata dañada.
  • Comprobar el líquido de transmisión. Elfluido de la transmisión debe ser rosado, incluso en los vehículos con mucho kilometraje. Si hay espuma o el nivel es demasiado alto, es probable que haya  contaminación.
  • Revisar los cojinetes de las ruedas. Una vez colocado el coche en el elevador, inspeccionar cada rueda para ver si hay problemas con los cojinetes.
  • Vigilar el desgaste de las pastillas de freno. Cuando las pastillas de freno bajan de su espesor mínimo de trabajo deben sustituirse.
  • Vigilar el desgaste de los neumáticos.Más allá de la profundidad mínima del dibujo, debe prestarse atención a un desgaste desigual, que podría indicar un problema de alineación u otros síntomas de desajuste, o un ahuecamiento indicio de rótulas desgastadas.
  • Buscar fallos en la bomba de agua.Una fuga de refrigerante significaun problema serio en la bomba de agua, por lo que habría que ir pensando en su sustitución.
  • Suciedad en el filtro de aire.Si al mirar al filtro de aire al trasluz, no se ve claridad, debe sustituirse.

Verificar las luces traseras.  Una comprobación sencilla pero muy importante para la seguridad.