Con la llegada del frío invierno es necesario incrementar los cuidados de tu vehículo debido a los estragos que las bajas temperaturas y el hielo pueden causar en los elementos más sensibles del coche, como el motor y las lunas.
Con hielo en parabrisas no es aconsejable accionar los limpia
Después del cambio de estación para los próximos tres meses, el invierno por fin ha llegado con el descenso de los termómetros, heladas y algunas nevadas. Aunque el clima en nuestro país no es tan extremo como en otras latitudes, los vehículos, sobre todo aquellos que “descansan” en el exterior, quedan expuestos a los estragos del invierno. Por este motivo, desde Talleres M&D queremos darte unas pautas para proteger a los automóviles del frío y del hielo.
Lunas y limpiaparabrisas
Es importante prestar atención a las lunas del vehículo y a los limpiaparabrisas, ya que es uno de los elementos más sensibles a las bajas temperaturas. Uno de los trucos más utilizados por los conductores es tapar el parabrisas con un parasol, un cartón o una manta para evitar que el frío y el hielo afecte a nuestro cristal. De esta forma evitaremos tener que rascar el hielo acumulado con una rasqueta de plástico. Para ayudarte en la tarea, lo mejor es arrancar el coche y poner la calefacción. Una vez dentro del vehículo, con el fin de evitar la condensación por la diferencia térmica entre el interior y el exterior, es necesario poner el aire acondicionado y abrir un poco la ventanilla.
Líquidos y circuitos
Dada la importancia del aire acondicionado y de la calefacción especialmente durante esta época del año, es importante prestar atención a los filtros de aire. En este punto, cabe recordar que hay que evitar rellenar con agua el circuito de refrigeración en invierno, ya que el agua incrementa su volumen al congelarse y podría reventar el motor. Por supuesto, también es importante rellenar el depósito de líquido del limpiaparabrisas con liquido limpiaparabrisas con aditivos anticongelantes, para llegado el momento, poder utilizarlo sin ningún inconveniente ante posibles problemas de visibilidad.
Filtro de aire
Batería y motor
La batería suele perder capacidad por el frío, por eso es posible que al vehículo le cueste arrancar. Lo ideal es recargarla antes del cambio de estación y aplicar productos que bajen el punto de congelación y eliminen depósitos salinos que disminuyen el contacto.
Comprobar carga de batería
Las acciones que no se deben hacer nunca ante una helada
Por otro lado, hay muchas acciones que nunca se deben hacer para eliminar el hielo: entre los errores más frecuentes, accionar el parabrisas y echar agua. El agua puede empeorar la situación al haber un cambio de temperatura brusco. Los parabrisas, por su parte, se pueden dañar si se accionan con hielo y estropearse.
Tirar sal sobre el hielo es otro de los errores más comunes entre los conductores para deshacerse de la helada. La sal evita el hielo, pero no es descongelante. Esta puede arañar el cristal y corroer la chapa.
Sabemos que el verano es la época del año en que más desplazamientos de largo recorrido se hacen. Miles de familias utilizan sus coches como medio de transporte para hacer sus viajes recorriendo España o, incluso, en rutas internacionales.
Es por eso que resulta más imprescindible que nunca asegurarnos de contar con un vehículo preparado para asumir la carga de Kilómetros garantizando la seguridad y el confort. Además, los estudios calculan que un mantenimiento correcto del vehículo nos puede hacer ahorrar más de 2.000 euros en averías y consumo de combustible.
Salir de viaje
¿Seguro que tienes el coche a punto?
En este artículo repasamos los cinco puntos que desde Talleres M&D consideramos que deberías tener en cuenta en la puesta a punto de coche antes de lanzarte a la carretera este verano:
Ruedas, frenos y amortiguadores. El triángulo de la seguridad.
Estos tres elementos conforman lo que conocemos como le triángulo de la seguridad. Son las patas sobre las que se sustenta la estabilidad del coche.
Lo primero que tendremos que revisar es la presión de los neumáticos. La mayoría de fabricantes indican los índices adecuados de presión en la parte interior de la tapa del depósito de gasolina, por lo que tan solo tendremos que apuntar esta cifra y comprobar en el taller que nos movemos sobre estos parámetros.
Aún en los neumáticos, comprobaremos también el desgaste del dibujo. En este caso, seguiremos una norma conocida: si los indicadores de banda están por debajo de los 3 milímetros deberemos proceder al cambio. Debemos tener en cuenta que las altas temperaturas del asfalto desgastan el neumático con facilidad, por lo que resulta especialmente importante equipar correctamente las ruedas en verano.
Revisar presión neumáticos
En cuanto a los frenos, comprobaremos el desgaste por fricción de las pastillas y del disco. Los expertos recomiendan cambiar las pastillas a los 60.000 kilómetros y los discos a los 80.000. De todos modos, resulta conveniente pasar por el taller para asegurarnos de tener una buena puesta a punto.
Frenazo de emergencia
Finalmente, los amortiguadores. Resulta uno de los elementos de seguridad a los que menos atención préstamos. Según un estudio, el 68% de los amortiguadores de los coches en circulación está en buen estado, mientras que el 25% deberían revisarse y el 7% son peligrosos y requieren un cambio. En este caso, deberíamos cambiarlos entre los 65.000 y los 90.000 quilómetros.
Aire acondicionado. Confort en la conducción.
Pocas situaciones son menos deseables que salir en verano hacia un largo viaje en coche y que el aire acondicionado nos abandone. Diversos estudios señalan que un 30% de los vehículos que pasan por el taller en verano lo hacen por un avería en el sistema de climatización.
Climatizador
Lo más probable es que no hayamos hecho uso de sus servicios durante el invierno, por lo que resulta necesario comprobar su funcionamiento y carga antes de irnos de vacaciones. Pediremos a nuestro taller que revise tuberías, correas, filtros deshidratantes y el nivel de carga del gas refrigerante para garantizar su buen funcionamiento.
Nivel de líquidos. Todo a su justo nivel.
Antes de salir también haremos una revisión general de los niveles de aceite, líquido de frenos, líquido de dirección asistida, así como del agua del limpiaparabrisas.
Revisar niveles del liquido refrigerante
Además del paso por el taller, podremos hacer una sencilla comprobación previa para asegurarnos que no hay fugas de líquidos en nuestro motor. Si contamos con una plaza de parking, podremos colocar una simple cartón debajo del coche y ver si, por ejemplo, caen gotas de aceite.
Luces y limpiaparabrisas. Verlo todo claro.
Teniendo en cuenta la cantidad de hora que estaremos al volante, resulta esencial garantizar que todos los elementos que tienen que ver con la visibilidad están en perfectas condiciones.
En una revisión superficial podremos comprobar si tenemos alguna luz fundida o sucia, si el parabrisas funciona con fluidez y si cuenta con suficiente líquido.
Iluminación correcta
La temporada de invierno suele ser la de más trabajo para los limpiaparabrisas, dado la cantidad de días de lluvia y nieve que se acumula, por lo que es más que recomendable cambiarlos antes de empezar nuestras vacaciones estivales.
Chalecos y triángulos. Y si aún teniendo todo esto en cuenta, algo falla.
Finalmente, nos aseguraremos de contar con todos los dispositivos de señalización obligatorios según el Código de Circulación. En este caso, los chalecos y el dispositivo V-16 homologado a partir del 1 de Julio obligatorio que facilitarán que nos vean en caso de tener que parar en la carretera y evitarán posibles accidentes.
Señal luminosa v-16
¿Cómo llevar el mantenimiento de tu coche?
Casi todo el mundo saber que los coches necesitan un mantenimiento mínimo que pasa por cambiar ciertos elementos: aceite, pastillas de freno, correa de la distribución… Sin embargo, muchas veces pasamos por alto otros mecanismos que también necesitan ser revisados y puestos a punto cada cierto tiempo.
En Talleres M&D te contamos los pasos a seguir para llevar correctamente el mantenimiento del coche y, de esta manera, evitar averías.
Más vale prevenir que curar, dice el refrán. Esta máxima es válida para casi todo en esta vida y aplicada al mantenimiento del coche lo es, si cabe, más todavía. Cambiar la correa de la distribución, por poner un ejemplo, es una operación que nos llevará varios cientos de euros, pero de no hacerlo podemos provocar una avería de miles de euros o, directamente, tener que enviar nuestro coche al desguace.
Casi todo el mundo sabe que hay que cambiar la correa, el aceite, los neumáticos… pero otros elementos no son tan evidentes y, sin embargo, sustituirlos es igual de importante.
Los consejos que te voy a dar a continuación son generales; lo ideal es que revises el manual de instrucciones de tu coche o el de mantenimiento (también llamado libro de servicio), donde vendrán especificados los planes y, en ocasiones, un «check list» con los puntos que tenemos que revisar y cada cuánto debemos hacerlo.
Lo primero que hay que saber es que algunos componentes de tu vehículo no sólo se desgastan con el uso: también con el tiempo, por eso las revisiones periódicas del plan de mantenimiento del coche son cada 10.000 km o un año, por ejemplo. Aunque no llegues a realizar los 10.000 km en un año, deberás inspeccionarlos igualmente.
El líquido de frenos, cada 2 años
Éste es uno de los elementos que envejece con el tiempo más que con los kilómetros. La mayoría de los líquidos de freno que se emplea en el automóvil son compuestos de un alcohol hidrófilo (sus moléculas tienen gran afinidad por las de agua); esto hace que vaya absorbiendo el agua que hay en el ambiente, lo que produce 2 efectos muy peligrosos:
Baja el punto de ebullición, por lo que hierve a menos temperatura y podemos quedarnos sin frenos por un exceso de calor bajando un puerto: el pedal se vuelve esponjoso y apenas detiene el coche. Se conoce como fadding del líquido de frenos.
El agua favorece la formación de óxidos y puede emulsionar el líquido, produciendo averías en el sistema de frenado.
Tener un accidente o reparar un cuerpo de válvulas del ABS es infinitamente más caro que cambiar (ineludiblemente) el líquido de frenos en un plazo máximo de dos años. Un litro de DOT 4 cuesta unos 10 euros y una hora de mano de obra; un grupo hidráulico puede multiplicar por 30 ese importe.
El mismo fluido suele emplearse para el mecanismo del embrague en los coches con mando hidráulico: debemos sustituirlo también, aprovechando que hacemos lo mismo con el de los frenos.
Filtros: el del aceite y más…
Todo el mundo sabe que al cambiar el aceite se debe sustituir también el filtro (en cada cambio, no cada dos, como he visto a veces en algún taller… el precio medio de un filtro de aceite es de 12 euros, por esa cantidad no merece la pena ensuciar el aceite nuevo haciéndolo pasar por un filtro viejo). Aunque es el más conocido, no es el único filtro del coche.
Es sorprendente que hasta 1978 a nadie (fue Saab) se le ocurriera que si se pone un filtro de aire en el motor para no dañar los cilindros por la entrada de impurezas, no sería mala idea «tamizar» el aire que respiran los pasajeros, bastante más importantes que un propulsor. Así, la marca sueca fue pionera al incorporar un filtro en la entrada de aire al habitáculo.
Dichos filtros se colman rápidamente (sobre todo en las ciudades), porque para aumentar su efectividad están cargados electroestáticamente con el fin de atrapar el polvo, polen, etc. Se deben sustituir cada año. Si alguna vez ves el estado en el que se suelen encontrar, entenderás el trabajo tan importante que cumplen. Además, un filtro del habitáculo en mal estado puede provocar averías en el sistema de climatización, malos olores y un mayor consumo energético -al reducir el flujo de aire-.
Guía de mantenimiento del coche: ¿cuándo debemos cambiar los filtros?
Filtro de aceite:se debe cambiar cada vez que se sustituya el propio aceite; en un coche moderno suele ser cada año o 20.000 km, lo que antes alcancemos. En modelos más veteranos, el cambio debe hacerse cada 10.000 km: consulta el plan de mantenimiento de tu vehículo.
Filtro de aire motor: muchas veces basta con limpiarlo y «soplarlo»; se debe revisar al menos una vez al año, aunque suele aguantar más, dependiendo de lo polvorienta que sea la zona en la que nos movamos habitualmente.
Filtro de combustible:lo normal es que se sustituya cada 4 años o 60.000 km, es muy importante en los motores modernos de inyección directa de gasolina, con el fin de evitar daños en la bomba de alta presión e inyectores.
Filtro de aire del habitáculo: se debe cambiar una vez al año, así evitaremos la proliferación de ácaros y alergias.
Filtro de aceite en la caja de cambios automática: es vital para la vida de la caja de cambios, se debe cambiar junto con el fluido hidráulico cada 60.000 km.
Mantenimiento del coche: los líquidos caducan
En el coche hay varios fluidos que envejecen con los kilómetros, pero también los cambios de temperatura, la suciedad y el tiempo terminan por hacer que pierdan sus propiedades, por lo que es conveniente su sustitución.
Revisar niveles del liquido refrigerante
Líquido refrigerante: actualmente se emplean refrigerantes orgánicos que son «de por vida». Sin embargo, no está de más cambiarlo y hacer un flushing (limpieza con otro líquido) del circuito de refrigeración para mantenerlo en perfecto estado. En mi opinión, debe hacerse cada 10 años. Si tu coche tiene más edad y utiliza un anticongelante de los convencionales, basado en glicol, debes sustituirlo cada 2 o 4 años como máximo; de lo contrario pierde propiedades y puede romper el bloque motor al helarse… o provocar calentones en verano, reparaciones que pueden multiplicar por 100 el precio del anticongelante.
Aceite del motor: en los coches modernos se ha alargado mucho el intervalo para el cambio de aceite. Un buen aceite sintético puede superar fácilmente los 15.000 km (aunque debes revisar el nivel cada 1.000 km o mensualmente). El libro de mantenimiento te indicará el período recomendado. Síguelo a rajatabla.
Aceite del diferencial y caja de cambios manual: estos fluidos vienen marcados en el manual del coche como «sin mantenimiento»; en teoría deberían durar toda la vida. Yo no estoy muy de acuerdo con esta afirmación y te recomiendo sinceramente que los cambies cada 100.000 km o 10 años.
Líquido de transmisiones automáticas: es importantísimo reemplazar el aceite en las cajas de cambio automáticas, sobre todo en las que funcionan con un convertidor de par, pues alcanzan temperaturas importantes. No te ahorres ni un céntimo en un líquido de mala calidad o en alargar su sustitución, ya que la reparación de una caja de cambios automática puede ser ruinosa. Lo normal es que se deba sustituir cada 60.000 km o 5 años como máximo, pero consulta el manual de tu coche.
Líquido de servodirección: poco a poco, las direcciones eléctricas están haciendo desaparecer las de asistencia hidráulica, pero aún existen y debes cambiar el líquido cada 100.000 km o 10 años para evitar averías en los retenes.
Líquido LHM Citroën: la excepcional suspensión hidroneumática de Citroën necesita tener en perfecto estado el líquido LHM para evitar problemas. Sigue el plan de mantenimiento al pie de la letra.
Periféricos del motor
Hay elementos en el motor que se deben cambiar para prevenir roturas que nos puedan dejar tirados o provocar averías graves. Es muy triste ver cómo tu viaje se va al traste cuando la grúa se lleva tu coche con algo tan banal como una correa del alternador rota. Suelen ser piezas cuyo coste es relativamente barato y que compensa con creces anticiparse a su fallo.
Correa de auxiliares: el movimiento giratorio del cigüeñal se emplea para más cosas que desplazar las ruedas del coche; también acciona elementos como el alternador, la bomba del agua, el compresor del aire acondicionado, etc. En algunos automóviles es una única correa la que mueve todos los auxiliares, en otros hay varias correas. Lo normal es que se cambien cada 100.000 km, pero no está de más que las revises cada año por si hay grietas o se han manchado con aceite, que las daña. Si oyes una especie de chillido al acelerar, lo más probable es que la correa esté patinando y pueda romperse, dejándote tirado o provocando averías graves.
Termostato del refrigerante: el termostato se encarga de abrir el paso del agua de refrigeración del motor al radiador para que se enfríe. Si se estropea, el agua no se refresca y podemos romper la junta de culata o incluso gripar la mecánica. Apenas cuesta 40 euros, cámbialo cada 10 años o 100.000 km.
Bomba de agua: es una gran olvidada hasta que falla y tenemos un problema. Puede durar toda la vida, pero merece la pena cambiarla antes de llevarnos un susto, sobre todo cuando nuestro coche la mueve mediante la misma correa que la distribución: en este caso, una bomba de agua gripada puede hacer saltar la distribución. Sustitúyela junto con la correa de distribución siempre.
Correa de distribución: es vital no apurar su cambio, mejor antes que después de la recomendación del fabricante. Lo normal es que vengan preparadas para ser reemplazadas cada 100.000 km o 6 años, pero revisa el manual de tu coche: sus intervalos de sustitución varían entre marcas.
Manguitos y tubos de goma: los motores modernos parecen más la obra de un fontanero que de un mecánico, están llenos de tubos y mangueras por las que circulan refrigerante, aire, gasolina… Con el tiempo, los manguitos pierden rigidez y se hinchan; además, se vuelven quebradizos. Comprueba su estado con frecuencia y empieza a «sospechar» a partir de los 10 años o 200.000 km. Muchos problemas de fallos de inyección se deben a tomas de aire provocadas por grietas en las tuberías correspondientes del propulsor, no serás el primero que cambia un caudalímetro de más de 500 euros por culpa de una pequeña fisura en un tubito de goma de apenas 4 euros. Revísalos y sustitúyelos al menor síntoma de vejez.
Todos sabemos que hoy en día conducir un coche es caro. Desde la idea romántica de un “me gusta conducir” hasta la adquisición del vehículo debemos tener en cuenta muchas variables porque se van a traducir en dinero en el corto, medio y largo plazo. El carnet es costoso, la compra del coche…. pero el mantenimiento correcto del automóvil requiere también un desembolso que, a la larga, acabará ahorrándonos dinero y, sobre todo, muchos disgustos.
Se puede leer en muchas entradas en internet artículos relacionados con el mantenimiento pero nos llama la atención una nota puesta en conocimiento por la Dirección General de Tráfico: la mayoría de los accidentes provocados por el vehículo se debe al factor humano pero en muchos casos podrían haberse evitado si se hubiera llevado a cabo un correcto mantenimiento del coche.
Son frecuentes los fallos en el sistema de frenado del vehículo y los motivados por el reventón de la rueda (que podría haberse evitado simplemente con haber mirado la presión del neumático y la profundidad del dibujo).
De esta forma podremos distinguir entre 3 tipos principales de mantenimiento:
Mantenimiento correctivo
Durante las tareas de mantenimiento correctivo tienen cabida las reparaciones o sustituciones de aquellos componentes del vehículo que han dejado de funcionar o ya no lo hacen adecuadamente.
Mantenimiento preventivo
El mantenimiento preventivo se refiere al seguimiento de las instrucciones del fabricante en las que se indica los espacios de tiempo o kilometraje en los que se deben sustituir ciertas partes del vehículo o cada cuánto deben ser revisadas.
Mantenimiento
Mantenimiento predictivo:
Hace referencia a aquel que convierte al propietario en observador, es decir, saber reconocer por los propios medios y sentidos si ha de realizarse alguna reparación antes de que el componente llegue a fallar.
Mantenimiento predictivo
La mayor parte del mantenimiento puede ser realizado por el mismo propietario si éste dispone de los medios y herramientas adecuadas. Será capaz de realizar comprobaciones tales como la revisión de la presión de los neumáticos (que debe realizarse mensualmente), observar el nivel del líquido de frenos, o verificar si el sistema de alumbrado del vehículo funciona correctamente.
Mantenimiento especializado
Sin embargo, hay apartados del mantenimiento que requieren el uso de mano de obra especializada, por lo que puede ser necesario acudir a un taller especializado, y no se debe escatimar a la hora de escogerlo ni optar por materiales de inferior calidad para abaratar el precio de la reparación. Hay que recordar que un buen mantenimiento puede salvar no sólo la vida del coche, sino también la de su propio conductor y su familia – en muchos casos –, así como la de otros conductores que circulen por la carretera.
No obstante, el mantenimiento del vehículo está a la altura, sin lugar a dudas, de otras precauciones que hay que adoptar cuando nos ponemos al volante, como no consumir alcohol ni drogas o prescindir de la conducción cuando nos sentimos fatigados, pues un coche bien engrasado y puesto a punto podrá responder de manera muy insatisfactoria sí, desgraciadamente, el conductor del mismo no está en plenas facultades y por ello provoca un accidente o siniestro.
Si estas pensando en salir de viaje, seguro te preguntaras ¿Cómo preparo mi coche?
Antes de iniciar un viaje en coche, es imprescindible revisar nuestro vehículo para asegurarnos de que todo está correcto y prevenir así ciertos imprevistos. De esta forma, será necesario hacer la puesta a puntodel coche los días anteriores a partir hacia el destino escogido.
Revisión de vehículo
Pasos a seguir:
1
En primer lugar, cabe destacar que es necesario realizar revisiones periódicas a nuestro vehículo para prevenir posibles averías y problemas. Para ello, consulta el manual o si nos visitas, en Talleres M&D te recomendamos cada cuántos kilómetros o tiempo debes hacer una revisión.
2
Asimismo, existen algunos elementos que tendrás que revisar de forma indispensable antes de empezar tu viaje en coche. Puedes chequearlos tú mismo/a en casa o venir a Talleres M&D y dejarlo en manos de un profesional.
3
Los neumáticos serán uno de los elementos a los que mayor atención deberás prestar. Para ello, deberás comprobar que la presión sea la correcta (siempre deberá chequearse con el coche parado y en frío), así como también revisar que el desgaste no sea excesivo.
4
También será necesario revisar los niveles de aceite de tu coche. Para ello, deberás parar el motor del coche y dejar que se enfríe para que el aceite vuelva a su nivel normal, ya que el calor del motor en funcionamiento hace que el aceite se caliente y se expanda.
Revisión de aceite y filtro
5
Será muy importante que chequees los frenos de tu automóvil, ya que son uno de los elementos más importantes del vehículo y que puede suponer un grave problema si no funcionan bien. Revisa el líquido de frenos, mediante las marcas del depósito que lo contiene. Comprueba también las pastillas y discos de freno, a través del lateral de las ruedas.
6
Una vez abierto el capó, también tendrás que revisar otros líquidos como el líquido de refrigeración, el agua del limpiaparabrisas y del radiador. Te recomendamos usar agua destilada para evitar que la cal del agua pueda estropear el motor de tu vehículo. Durante la época invernal, también deberás asegurarte de que cuentas con líquido anticongelante.
Revisar niveles del liquido refrigerante
7
Por otro lado, antes de un viaje en coche, deberás comprobar también que todas las luces funcionan: luces de posición, largas, cortas, faros antiniebla, intermitentes, etc. En caso de que alguna esté estropeada, deberás reemplazar la bombilla o buscar cuál es el problema.
8
Asegúrate también de disponer en tu vehículo de determinados elementos indispensables como son:
Triángulos de señalización o led de asistencia en carretera.
Chaleco reflectante (es obligatorio por ley)
Rueda de repuesto
Herramientas básicas
De esta forma, en caso de avería, podrás hacer evidente que tu coche se ha estropeado sin correr ningún riesgo.
Las operaciones de mantenimiento y preventivas no son muy costosas pero tienen un valor fundamental además de evitar averías mucho más costosas.
En Talleres M&D te ofrecemos una revisión profesional de los puntos clave:
Comprobación del refrigerante.Hay que buscar indicios de contaminación y fugas. Si se aprecia un brillo de aceite en la parte superior del refrigerante, puede haber fugas. Si se aprecia un tinte o espuma rosáceo, el fluido de la transmisión podría estar goteando en el refrigerante.
Comprobar la tapa de llenado de aceite. Si en la parte inferior de la tapa aparece un lodo marrón, es signo de una junta de culata defectuosa.
Comprobar la varilla de nivel de aceite. Si el nivel de aceite es demasiado alto, una culata defectuosa podría estar dejando que el refrigerante se filtre en el aceite. La presencia de lodo en la varilla también puede significar una junta de culata dañada.
Comprobar el líquido de transmisión. Elfluido de la transmisión debe ser rosado, incluso en los vehículos con mucho kilometraje. Si hay espuma o el nivel es demasiado alto, es probable que haya contaminación.
Revisar los cojinetes de las ruedas. Una vez colocado el coche en el elevador, inspeccionar cada rueda para ver si hay problemas con los cojinetes.
Vigilar el desgaste de las pastillas de freno. Cuando las pastillas de freno bajan de su espesor mínimo de trabajo deben sustituirse.
Vigilar el desgaste de los neumáticos.Más allá de la profundidad mínima del dibujo, debe prestarse atención a un desgaste desigual, que podría indicar un problema de alineación u otros síntomas de desajuste, o un ahuecamiento indicio de rótulas desgastadas.
Buscar fallos en la bomba de agua.Una fuga de refrigerante significaun problema serio en la bomba de agua, por lo que habría que ir pensando en su sustitución.
Suciedad en el filtro de aire.Si al mirar al filtro de aire al trasluz, no se ve claridad, debe sustituirse.
Verificar las luces traseras. Una comprobación sencilla pero muy importante para la seguridad.