Alex era un joven que tenía un coche deportivo rojo brillante. Alex amaba su coche y le gustaba conducirlo rápido y con estilo. Un día mientras conducía por la autopista, notó que el indicador de temperatura del motor estaba subiendo peligrosamente. Sin embargo, como estaba de camino a una cita importante y llegaba algo tarde, Alex decidió ignorar el indicador de temperatura y continuó conduciendo a su destino.
Mientras seguía conduciendo, el indicador de temperatura del motor continuaba subiendo y finalmente, el coche se detuvo en medio de la autopista. Alex intentó encender el coche varias veces, pero el motor no arrancó. Mientras esperaba la ayuda de emergencia, comenzó a notar un fuerte olor a quemado y vio que salía humo del capó. Fue entonces cuando se dio cuenta de que había cometido un gran error al ignorar el indicador de temperatura.
Después de ser remolcado al taller, se descubrió que el motor del coche había sufrido daños irreparables debido al sobrecalentamiento. Alex se sintió devastado al darse cuenta de que su coche, al que tanto amaba, había sido arruinado por su propia negligencia. Además, el costo de reparar el motor era tan alto que no podía permitírselo, y su seguro no cubría los daños causados por la negligencia del conductor.
La historia de Alex es una trágica muestra de lo importante que es prestar atención a los indicadores de advertencia del coche. Ignorar estos indicadores puede provocar daños graves en el vehículo y, en última instancia, puede acabar en una situación peligrosa o incluso mortal. Es esencial siempre prestar atención a los avisos del tablero y tomar medidas inmediatas para solucionar cualquier problema que se detecte.
“Un coche es una máquina compleja, y como tal, requiere de un mantenimiento adecuado para garantizar su funcionamiento óptimo. Ignorar los avisos del tablero puede conducir a problemas costosos y peligrosos en el futuro”. – Tom Glendening, exingeniero automotriz de General Motors.
Como técnico en electro mecánica de Talleres M&D puedo recomendar que es importante llevar el coche al taller cuando se encienden los testigos de aviso en el tablero del coche porque estos testigos están diseñados para alertar al conductor sobre un problema o fallo potencial en el vehículo. Estos testigos son indicadores electrónicos que están conectados al sistema de diagnosis del coche y se encienden cuando se detecta una anomalía o problema en algún componente del vehículo.
Los testigos de motor avisan de posibles fallos
Si los testigos permanecen encendidos durante un período prolongado, esto puede indicar un problema grave en el vehículo que podría afectar su rendimiento, seguridad y eficiencia. Ignorar estos testigos puede llevar a problemas más graves en el futuro, lo que se traduce en reparaciones costosas y un mayor tiempo de inactividad del vehículo.
Llevar el coche al taller cuando se encienden los testigos de aviso permite a un técnico en electromecánica realizar un diagnóstico preciso del problema y tomar las medidas necesarias para corregirlo antes de que se convierta en un problema mayor.
Control de Diagnosis para chequear los testigos de aviso
Los técnicos en electromecánica tienen el conocimiento y la experiencia para interpretar los códigos de diagnóstico y determinar qué reparaciones son necesarias para solucionar el problema.
Reparación de avería motor
En resumen, llevar el coche al taller cuando se encienden los testigos de aviso es importante para garantizar la seguridad y el rendimiento del vehículo a largo plazo, y evitar reparaciones costosas y un mayor tiempo de inactividad del vehículo.
En Talleres M y D os queremos enseñar a ahorrar: con estos 5 consejos reducirás el consumo de tu coche y le darás un buen respiro a tu cartera.
Hoy en día, el costo de repostar combustible es el gasto operativo más importante de un vehículo, y más con la subida actual de los carburantes. En apenas un año y 15.000 km, un coche de consumo modesto sacará de la cartera de su dueño unos 2.000 euros. Además, esta cifra puede ser muy superior si conducimos de forma agresiva, si nuestros neumáticos tiene una presión inadecuada, o si descuidamos su mantenimiento.
1) Conduce más suave y usa el freno motor
La velocidad es enemiga del consumo. Cuanto más rápido circules, más combustible gastará tu coche. Menuda obviedad, estaréis pensando. En efecto, pero quizá no sepas que circular a 140 km/h incrementa el consumo en un 30% con respecto a circular a 120 km/h. Un diferencial de consumos que aumenta de forma exponencial a la velocidad, no de forma directa. En un viaje por autopista de una hora, solo ganarás 5 minutos por haber circulado a 130 km/h, y habrás gastado hasta un euro más. Piensa en el efecto acumulativo en miles y miles de kilómetros.
Conducir rápido aumenta el consumo
Modera tu velocidad. Llegarás a tu destino más relajado, someterás a tu coche a menos degaste y te expondrás a menos multas. Además, ¡ahorrarás!
Por supuesto, este consejo no es válido para aquellas personas que llegan tarde a todas partes y viven en un estado de prisa permanente – las mismas que intentan arañar el tiempo perdido en el tiempo de viaje. Si planificas correctamente tus viajes y eres organizado, la demora en tiempo apenas será perceptible, y en 4.000 o 5.000 km el ahorro podría suponer el equivalente un depósito de combustible completo.
Evita los acelerones, y evita revolucionar el motor en exceso. Si estás circulando por ciudad, tus pastillas de freno y tus pasajeros también lo agradecerán. No te estoy pidiendo que circules siempre en la marcha más larga, te estoy sugiriendo que aceleres de forma gradual y anticipes tu conducción al entorno y al tráfico. No solo conduciendo más lentamente se ahorra combustible, se puede ahorrar aún más combustible conduciendo de forma suave
Conducción eficiente no es igual a conducción lenta o aburrida. De hecho, es todo un desafío para el conducir.
La anticipación lo es todo en la conducción eficiente. Estoy cansado de ver cómo mucha gente no usa el freno motor adecuadamente, especialmente en ciudad. Si un semáforo se ha puesto en rojo a doscientos metros – o un camión de reparto está bloqueando la calle – decelera suavemente usando el freno motor, no sigas acelerando para dar un frenazo a escasos metros del paso de cebra: no ahorrarás ni un solo segundo y desgastarás tu coche de forma acelerada.
Si utilizas el freno motor ahorrarás combustible
Cuando usamos la retención del motor, la mecánica no inyecta un solo mililitro de combustible, aunque el cuentavueltas supere las 5.000 rpm. Es especialmente importante en bajadas prolongadas, así como en conducción por carreteras secundarias. Otro ejemplo: en vez de frenar con fuerza antes de entrar en una zona urbana, deja que el coche se vaya poco a poco frenando: no gastarás nada de combustible y llegarás a la señal de 50 km/h a la velocidad adecuada. Es sentido común – en ocasiones, el menos común de los sentidos.
Al ralentí, el motor consume combustible. Usando el freno motor, ni un solo mililitro es inyectado.
Un último apunte, el freno motor también ayuda a que el coche esté más estable en deceleraciones, y en curva. En muchas ocasiones veo a conductores que se aproximan a un obstáculo, quitan la marcha, frenan, y cuando llegan a la velocidad adecuada, vuelven a meter la marcha. Además de someter a los frenos a un esfuerzo innecesario, están jugando con su seguridad.
2) Usa neumáticos de baja resistencia a la rodadura y con la presión adecuada
Si tu coche es deportivo o circulas habitualmente a ritmos ágiles, nadie va a negar que un compuesto deportivo es tu mejor aliado. No obstante, si quieres bajar el consumo de tu coche, equípalo con neumáticos de baja resistencia a la rodadura. Puedes conocer su eficiencia en su etiquetado: un C o una B ya ofrecen un nivel de fricción bajo. Con estos neumáticos no lograrás reducir en un litro el consumo a los 100 km de tu coche, pero puede que sí en un par de décimas. Además, suelen tener una durabilidad superior a la media
Un buen neumático de baja resistencia a la fricción no tiene por qué descuidar el agarre o su eficacia en lluvia.
Revisar presión neumáticos ayuda a ahorrar combustible
Montar unos Michelin Energy Saver no sirve de nada si no vigilas su presión en meses. Unos neumáticos con baja presión aumentarán el consumo de combustible, y se desgastarán de forma irregular, además de empeorar el comportamiento del coche. Lleva siempre los neumáticos a la presión recomendada, o un par de décimas por encima de ella. En algunos coches, además de la presión estándar, se recomienda una presión 0,3 o 0,4 bar superior si buscamos una mayor eficiencia en el consumo de combustible – ahora bien, cuidado con sobre-inflarlos.
3) Quita la baca del techo y vacíalo de trastos inútiles.
Si estamos en plena primavera o en otoño, y desgraciadamente, no vas a volver a subir a esquiar. La baca que llevas en el techo de tu coche aumenta la resistencia aerodinámica que tu motor debe vencer, incrementando el consumo de combustible. Sin embargo, los cofres de techo son mucho peores que las bacas: pueden incrementar hasta en un 20% el consumo del coche. Entendemos que son prácticos en viajes de larga duración, pero si no los vas a usar, no seas perezoso: cuando hayan cumplido su función, desmóntalos.
Cualquier elemento que empeore la aerodinámica del coche aumentará el consumo de combustible. Así de simple.
La carga del maletero aumenta el consumo
¿Hace cuanto tiempo llevas ese trasto que trajiste de casa de tu madre en el maletero, o esas cosas de la niña que ya no las usa? Está bien llevar una serie de cosas a bordo, pero dentro de un límite sano: no quieres llegar al “síndrome de Diógenes rodante”. Todos los “trastos” que llevamos a bordo de nuestro coche pueden sumar decenas de kilos. Y como sabes, cuando aumenta el peso de un vehículo, aumenta su consumo. No tiene sentido arrastrar kilos extra sin motivo alguno. Además, nunca viene mal ordenar tu coche y vaciar el maletero de trastos.
4) Revisa el estado de tu filtro de aire y no descuides el mantenimiento de la mecánica.
El filtro de aire es uno de los elementos con más influencia directa en el consumo del motor, al menos en lo que al mantenimiento se refiere. Es el que se encarga de que el aire que entra en la admisión del motor está limpio. Este proceso de filtrado acaba obstruyéndolo con los kilómetros, y de hecho, es recomendable su sustitución cada 30.000 km – es sencilla y cuesta apenas 10 o 15 euros. El motor respirará más libremente, y al perder este “cuello de botella”, además de reducir su consumo de combustible, empujará con más fuerza.
Filtro de aire
Con un flujo de aire restringido, el motor lo compensa quemando más combustible
El filtro de aire no es el único elemento de tu mecánica que necesita ser vigilado. No conviene descuidar el estado de las bujías, los filtros de combustible – especialmente en coches alimentados por gasóleo – y realizar los cambios de aceite cuando el fabricante lo recomienda. Un aceite limpio y reluciente siempre es más beneficioso para tu motor que un aceite que tendría que haberse cambiado hade 5.000 Km, sucio y cargado de residuos de la combustión. Solo si la salud de tu motor es óptima lograrás que te ofrezca los mejores consumos y prestaciones.
El motivo más habitual para que un coche diésel consuma más de lo habitual es que el filtro de combustible esté en malas condiciones. El estado de todos los filtros del coche suele estar directamente relacionado con esta cuestión.
Si nuestro vehículo consume mucha gasolina debemos llevarlo al mecánico para que revise el estado del circuito de encendido y el de alimentación, porque podría haberse desajustado la cantidad de gasolina que quema el motor para funcionar.
5) Planifica tus rutas adecuadamente
Imagina que vas a llevar a cabo un viaje de varios cientos de km, y puedes optar por una ruta de autopista o una ruta que combina autovías con carreteras nacionales. Siempre que sus orografías sean similares, el segundo caso será más eficiente que el primero – debido a una velocidad más moderada, principalmente. Conoce las rutas por las que circulas habitualmente, aprende la sincronización de sus semáforos, y en ciertas ocasiones, opta por una ruta más larga que evite un pesado atasco.
Planifica el itinerario
Antes de emprender un viaje, analiza las alternativas para llegar a tu destino, así como su orografía.
En Talleres M&D queremos explicarte ocho tipos de desgaste, su causa y cómo solucionarlos.
Los neumáticos son uno de los elementos de seguridad del coche más importantes, pues suponen el punto de unión entre el vehículo y la carretera. Aunque como conductores podamos seguir una serie de consejos para que nuestros neumáticos duren más, su desgaste es algo que no podemos evitar, y precisamente su desgaste irregular es sinónimo de alguna avería en el vehículo.
Conducir con neumáticos desgastados aumenta considerablemente la probabilidad de sufrir un accidente, algo que se incrementa en condiciones de lluvia, nieve o hielo en la carretera. Debemos tener en cuenta que cuando la profundidad del dibujo se encuentra por debajo de 3 mm, el neumático pierde adherencia. Esto implica conducir con menos agarre, un aumento de la distancia de frenado además de tener más posibilidades de sufrir aquaplaning, derrapes y perdida del control del vehículo.
Aguaplaning
Por otro lado, no olvidemos que circular con los neumáticos por debajo del mínimo legal, es decir con una profundidad inferior a 1.6 mm no sólo tiene consecuencias económicas, también de seguridad. Además de consumir más y de incrementar el nivel de emisiones del vehículo, también nos exponemos a una cuantiosa multa, e incluso la inmovilización del vehículo si se comprueba que el desgaste del neumático es grave.
Midiendo la profundidad del neumatico
Llegados a este punto ¿Cuáles son los principales tipos de desgaste irregular en los neumáticos y cómo podemos reconocerlos?
Desgaste irregular en los bordes del neumático
Síntomas: Ambos hombros se encuentran desgastados pero no la parte central
Causas: La presión de inflado de inflado insuficiente o circulación con cargas excesivas sin ajustar la presión
Soluciones: Ajustar la presión de los neumáticos según indique el fabricante y ajustarla a la carga con la que vayamos a circular. Es conveniente revisar el neumático para ver si ha sufrido algún daño interno
Efecto de la presión de inflado
Desgaste en el centro del neumático
Síntomas: El dibujo del neumático en el centro de la banda de rodadura es menor que en los hombros
Causas: Circulación con una presión de inflado excesiva
Soluciones: Ajustar la presión de inflado correctamente. Se puede producir el efecto aquaplaning circulando en este estado además de aumentar la distancia de frenado
Desgaste irregular en el borde exterior del neumático
Síntomas: El hombro exterior del neumático se encuentra desgastado
Causas: Exceso de caída positiva, ejes sobrecargados
Soluciones: Ajustar los parámetros de alineación ajustando la caída o camber
Desgaste irregular en el borde interior del neumático
Síntomas: El hombro interior del neumático se encuentra desgastado
Causas: Exceso de caída negativa, ejes sobrecargados
Soluciones: Ajustar los parámetros de alineación ajustando la caída o camber
Parámetros alineación
Desgaste en diagonal sobre el neumático
Síntomas: Aparecen desgastes en forma diagonal sobre el neumático
Causas: La rueda no está rodando de forma uniforme o puede estar rebotando sobre los costados. Las posibles causas son: rodaje suelto, mal montaje del neumático, desequilibrado, amortiguadores desgastados,
Soluciones: Ajustar rodajes, verificar el correcto montaje de la rueda y el neumático, comprobar el diseño adecuado del neumático con el vehículo
Desgaste puntual en el neumático
Síntomas: Una zona localizada del neumático se encuentra con el dibujo desgastado
Causas: Frenada de emergencia, derrape, fallos en los frenos
Soluciones: Revisar el sistema de frenos y verificar que los neumáticos no se han dañado
Desgaste irregular de la banda de rodamiento
Síntomas: La banda de rodamiento presenta desgastes irregulares
Causas: Fallos en el sistema ABS, los frenos se bloquean, desequilibrado, llanta deformada o excéntrica, contaminación de agentes químicos,…etc.
Soluciones: Equilibrar la rueda, revisar el sistema de suspensión y los parámetros de alineado.
Abombamiento del flanco
Síntomas: El neumático presenta un abombamiento en el flanco
Causas: Un impacto fuerte contra un bordillo, un bache u otro elemento
Soluciones: Sustituir el neumático
¿Cómo llevar el mantenimiento de tu coche?
Casi todo el mundo saber que los coches necesitan un mantenimiento mínimo que pasa por cambiar ciertos elementos: aceite, pastillas de freno, correa de la distribución… Sin embargo, muchas veces pasamos por alto otros mecanismos que también necesitan ser revisados y puestos a punto cada cierto tiempo.
En Talleres M&D te contamos los pasos a seguir para llevar correctamente el mantenimiento del coche y, de esta manera, evitar averías.
Más vale prevenir que curar, dice el refrán. Esta máxima es válida para casi todo en esta vida y aplicada al mantenimiento del coche lo es, si cabe, más todavía. Cambiar la correa de la distribución, por poner un ejemplo, es una operación que nos llevará varios cientos de euros, pero de no hacerlo podemos provocar una avería de miles de euros o, directamente, tener que enviar nuestro coche al desguace.
Casi todo el mundo sabe que hay que cambiar la correa, el aceite, los neumáticos… pero otros elementos no son tan evidentes y, sin embargo, sustituirlos es igual de importante.
Los consejos que te voy a dar a continuación son generales; lo ideal es que revises el manual de instrucciones de tu coche o el de mantenimiento (también llamado libro de servicio), donde vendrán especificados los planes y, en ocasiones, un «check list» con los puntos que tenemos que revisar y cada cuánto debemos hacerlo.
Lo primero que hay que saber es que algunos componentes de tu vehículo no sólo se desgastan con el uso: también con el tiempo, por eso las revisiones periódicas del plan de mantenimiento del coche son cada 10.000 km o un año, por ejemplo. Aunque no llegues a realizar los 10.000 km en un año, deberás inspeccionarlos igualmente.
El líquido de frenos, cada 2 años
Éste es uno de los elementos que envejece con el tiempo más que con los kilómetros. La mayoría de los líquidos de freno que se emplea en el automóvil son compuestos de un alcohol hidrófilo (sus moléculas tienen gran afinidad por las de agua); esto hace que vaya absorbiendo el agua que hay en el ambiente, lo que produce 2 efectos muy peligrosos:
Baja el punto de ebullición, por lo que hierve a menos temperatura y podemos quedarnos sin frenos por un exceso de calor bajando un puerto: el pedal se vuelve esponjoso y apenas detiene el coche. Se conoce como fadding del líquido de frenos.
El agua favorece la formación de óxidos y puede emulsionar el líquido, produciendo averías en el sistema de frenado.
Tener un accidente o reparar un cuerpo de válvulas del ABS es infinitamente más caro que cambiar (ineludiblemente) el líquido de frenos en un plazo máximo de dos años. Un litro de DOT 4 cuesta unos 10 euros y una hora de mano de obra; un grupo hidráulico puede multiplicar por 30 ese importe.
El mismo fluido suele emplearse para el mecanismo del embrague en los coches con mando hidráulico: debemos sustituirlo también, aprovechando que hacemos lo mismo con el de los frenos.
Filtros: el del aceite y más…
Todo el mundo sabe que al cambiar el aceite se debe sustituir también el filtro (en cada cambio, no cada dos, como he visto a veces en algún taller… el precio medio de un filtro de aceite es de 12 euros, por esa cantidad no merece la pena ensuciar el aceite nuevo haciéndolo pasar por un filtro viejo). Aunque es el más conocido, no es el único filtro del coche.
Es sorprendente que hasta 1978 a nadie (fue Saab) se le ocurriera que si se pone un filtro de aire en el motor para no dañar los cilindros por la entrada de impurezas, no sería mala idea «tamizar» el aire que respiran los pasajeros, bastante más importantes que un propulsor. Así, la marca sueca fue pionera al incorporar un filtro en la entrada de aire al habitáculo.
Dichos filtros se colman rápidamente (sobre todo en las ciudades), porque para aumentar su efectividad están cargados electroestáticamente con el fin de atrapar el polvo, polen, etc. Se deben sustituir cada año. Si alguna vez ves el estado en el que se suelen encontrar, entenderás el trabajo tan importante que cumplen. Además, un filtro del habitáculo en mal estado puede provocar averías en el sistema de climatización, malos olores y un mayor consumo energético -al reducir el flujo de aire-.
Guía de mantenimiento del coche: ¿cuándo debemos cambiar los filtros?
Filtro de aceite:se debe cambiar cada vez que se sustituya el propio aceite; en un coche moderno suele ser cada año o 20.000 km, lo que antes alcancemos. En modelos más veteranos, el cambio debe hacerse cada 10.000 km: consulta el plan de mantenimiento de tu vehículo.
Filtro de aire motor: muchas veces basta con limpiarlo y «soplarlo»; se debe revisar al menos una vez al año, aunque suele aguantar más, dependiendo de lo polvorienta que sea la zona en la que nos movamos habitualmente.
Filtro de combustible:lo normal es que se sustituya cada 4 años o 60.000 km, es muy importante en los motores modernos de inyección directa de gasolina, con el fin de evitar daños en la bomba de alta presión e inyectores.
Filtro de aire del habitáculo: se debe cambiar una vez al año, así evitaremos la proliferación de ácaros y alergias.
Filtro de aceite en la caja de cambios automática: es vital para la vida de la caja de cambios, se debe cambiar junto con el fluido hidráulico cada 60.000 km.
Mantenimiento del coche: los líquidos caducan
En el coche hay varios fluidos que envejecen con los kilómetros, pero también los cambios de temperatura, la suciedad y el tiempo terminan por hacer que pierdan sus propiedades, por lo que es conveniente su sustitución.
Revisar niveles del liquido refrigerante
Líquido refrigerante: actualmente se emplean refrigerantes orgánicos que son «de por vida». Sin embargo, no está de más cambiarlo y hacer un flushing (limpieza con otro líquido) del circuito de refrigeración para mantenerlo en perfecto estado. En mi opinión, debe hacerse cada 10 años. Si tu coche tiene más edad y utiliza un anticongelante de los convencionales, basado en glicol, debes sustituirlo cada 2 o 4 años como máximo; de lo contrario pierde propiedades y puede romper el bloque motor al helarse… o provocar calentones en verano, reparaciones que pueden multiplicar por 100 el precio del anticongelante.
Aceite del motor: en los coches modernos se ha alargado mucho el intervalo para el cambio de aceite. Un buen aceite sintético puede superar fácilmente los 15.000 km (aunque debes revisar el nivel cada 1.000 km o mensualmente). El libro de mantenimiento te indicará el período recomendado. Síguelo a rajatabla.
Aceite del diferencial y caja de cambios manual: estos fluidos vienen marcados en el manual del coche como «sin mantenimiento»; en teoría deberían durar toda la vida. Yo no estoy muy de acuerdo con esta afirmación y te recomiendo sinceramente que los cambies cada 100.000 km o 10 años.
Líquido de transmisiones automáticas: es importantísimo reemplazar el aceite en las cajas de cambio automáticas, sobre todo en las que funcionan con un convertidor de par, pues alcanzan temperaturas importantes. No te ahorres ni un céntimo en un líquido de mala calidad o en alargar su sustitución, ya que la reparación de una caja de cambios automática puede ser ruinosa. Lo normal es que se deba sustituir cada 60.000 km o 5 años como máximo, pero consulta el manual de tu coche.
Líquido de servodirección: poco a poco, las direcciones eléctricas están haciendo desaparecer las de asistencia hidráulica, pero aún existen y debes cambiar el líquido cada 100.000 km o 10 años para evitar averías en los retenes.
Líquido LHM Citroën: la excepcional suspensión hidroneumática de Citroën necesita tener en perfecto estado el líquido LHM para evitar problemas. Sigue el plan de mantenimiento al pie de la letra.
Periféricos del motor
Hay elementos en el motor que se deben cambiar para prevenir roturas que nos puedan dejar tirados o provocar averías graves. Es muy triste ver cómo tu viaje se va al traste cuando la grúa se lleva tu coche con algo tan banal como una correa del alternador rota. Suelen ser piezas cuyo coste es relativamente barato y que compensa con creces anticiparse a su fallo.
Correa de auxiliares: el movimiento giratorio del cigüeñal se emplea para más cosas que desplazar las ruedas del coche; también acciona elementos como el alternador, la bomba del agua, el compresor del aire acondicionado, etc. En algunos automóviles es una única correa la que mueve todos los auxiliares, en otros hay varias correas. Lo normal es que se cambien cada 100.000 km, pero no está de más que las revises cada año por si hay grietas o se han manchado con aceite, que las daña. Si oyes una especie de chillido al acelerar, lo más probable es que la correa esté patinando y pueda romperse, dejándote tirado o provocando averías graves.
Termostato del refrigerante: el termostato se encarga de abrir el paso del agua de refrigeración del motor al radiador para que se enfríe. Si se estropea, el agua no se refresca y podemos romper la junta de culata o incluso gripar la mecánica. Apenas cuesta 40 euros, cámbialo cada 10 años o 100.000 km.
Bomba de agua: es una gran olvidada hasta que falla y tenemos un problema. Puede durar toda la vida, pero merece la pena cambiarla antes de llevarnos un susto, sobre todo cuando nuestro coche la mueve mediante la misma correa que la distribución: en este caso, una bomba de agua gripada puede hacer saltar la distribución. Sustitúyela junto con la correa de distribución siempre.
Correa de distribución: es vital no apurar su cambio, mejor antes que después de la recomendación del fabricante. Lo normal es que vengan preparadas para ser reemplazadas cada 100.000 km o 6 años, pero revisa el manual de tu coche: sus intervalos de sustitución varían entre marcas.
Manguitos y tubos de goma: los motores modernos parecen más la obra de un fontanero que de un mecánico, están llenos de tubos y mangueras por las que circulan refrigerante, aire, gasolina… Con el tiempo, los manguitos pierden rigidez y se hinchan; además, se vuelven quebradizos. Comprueba su estado con frecuencia y empieza a «sospechar» a partir de los 10 años o 200.000 km. Muchos problemas de fallos de inyección se deben a tomas de aire provocadas por grietas en las tuberías correspondientes del propulsor, no serás el primero que cambia un caudalímetro de más de 500 euros por culpa de una pequeña fisura en un tubito de goma de apenas 4 euros. Revísalos y sustitúyelos al menor síntoma de vejez.
Todos sabemos que hoy en día conducir un coche es caro. Desde la idea romántica de un “me gusta conducir” hasta la adquisición del vehículo debemos tener en cuenta muchas variables porque se van a traducir en dinero en el corto, medio y largo plazo. El carnet es costoso, la compra del coche…. pero el mantenimiento correcto del automóvil requiere también un desembolso que, a la larga, acabará ahorrándonos dinero y, sobre todo, muchos disgustos.
Se puede leer en muchas entradas en internet artículos relacionados con el mantenimiento pero nos llama la atención una nota puesta en conocimiento por la Dirección General de Tráfico: la mayoría de los accidentes provocados por el vehículo se debe al factor humano pero en muchos casos podrían haberse evitado si se hubiera llevado a cabo un correcto mantenimiento del coche.
Son frecuentes los fallos en el sistema de frenado del vehículo y los motivados por el reventón de la rueda (que podría haberse evitado simplemente con haber mirado la presión del neumático y la profundidad del dibujo).
De esta forma podremos distinguir entre 3 tipos principales de mantenimiento:
Mantenimiento correctivo
Durante las tareas de mantenimiento correctivo tienen cabida las reparaciones o sustituciones de aquellos componentes del vehículo que han dejado de funcionar o ya no lo hacen adecuadamente.
Mantenimiento preventivo
El mantenimiento preventivo se refiere al seguimiento de las instrucciones del fabricante en las que se indica los espacios de tiempo o kilometraje en los que se deben sustituir ciertas partes del vehículo o cada cuánto deben ser revisadas.
Mantenimiento
Mantenimiento predictivo:
Hace referencia a aquel que convierte al propietario en observador, es decir, saber reconocer por los propios medios y sentidos si ha de realizarse alguna reparación antes de que el componente llegue a fallar.
Mantenimiento predictivo
La mayor parte del mantenimiento puede ser realizado por el mismo propietario si éste dispone de los medios y herramientas adecuadas. Será capaz de realizar comprobaciones tales como la revisión de la presión de los neumáticos (que debe realizarse mensualmente), observar el nivel del líquido de frenos, o verificar si el sistema de alumbrado del vehículo funciona correctamente.
Mantenimiento especializado
Sin embargo, hay apartados del mantenimiento que requieren el uso de mano de obra especializada, por lo que puede ser necesario acudir a un taller especializado, y no se debe escatimar a la hora de escogerlo ni optar por materiales de inferior calidad para abaratar el precio de la reparación. Hay que recordar que un buen mantenimiento puede salvar no sólo la vida del coche, sino también la de su propio conductor y su familia – en muchos casos –, así como la de otros conductores que circulen por la carretera.
No obstante, el mantenimiento del vehículo está a la altura, sin lugar a dudas, de otras precauciones que hay que adoptar cuando nos ponemos al volante, como no consumir alcohol ni drogas o prescindir de la conducción cuando nos sentimos fatigados, pues un coche bien engrasado y puesto a punto podrá responder de manera muy insatisfactoria sí, desgraciadamente, el conductor del mismo no está en plenas facultades y por ello provoca un accidente o siniestro.
La dirección del vehículo puede tener problemas de funcionamiento si se oyen ruidos al girar el volante en movimiento.
Escuchar ruidos al mover el volante, por lo general, es sinónimo de problemas en el sistema de dirección del vehículo. La clave está en detectar este sonido y reconocer su procedencia para lograr que no se produzcan daños mayores, pues frecuentemente estos fallos provienen del desgaste de algunos componentes, las averías hidráulicas o algún factor externo, como los impactos.
Ante cualquier ruido de este tipo, desde Talleres M&D recomendamos acudir a tu taller de confianza, donde el profesional de debe reconocer de dónde procede el ruido para llevar a cabo la revisión y reparación oportuna.
Analizamos a continuación 12 tipos de ruidos en el volante. Son los siguientes:
GRUÑIDOS AL GIRAR LA DIRECCIÓN
Este sonido puede tener su origen si el líquido de la dirección se encuentra a un nivel demasiado bajo, pues la bomba de dirección encargada de generar presión en el circuito hidráulico no contaría con el líquido suficiente y acabaría generando burbujas de aire. También puede deberse a que haya entrado aire en la bomba porque existen fisuras o juntas deterioradas en el circuito.
GOLPETEOS EN LA DIRECCIÓN
Una de los motivos por lo que puede suceder esto es debido a que los apoyos de los brazos transversales se encuentren en mal estado.
CRUJIDOS AL GIRAR LA DIRECCIÓN
Los profesionales advierten de que las rótulas de la dirección pueden deteriorarse y ocasionar holgura en su funcionamiento, lo que deriva en estos crujidos.
VIBRACIONES AL GIRAR EL VOLANTE
Esta sensación, unida a la necesidad de hacer un esfuerzo mayor a la hora de mover el volante, puede ser ocasionada por una avería en la bomba o en el amortiguador de la dirección.
RUIDOS SORDOS AL GIRAR EL VOLANTE DE LA DIRECCIÓN
Si se trata de un sonido que procede de la parte delantera de los amortiguadores, es una muestra evidente de una posible anomalía en las copelas de estos elementos.
RUIDOS TIPO “CLAC” AL GIRAR LA DIRECCIÓN
Este tipo de ruidos se deben a un apriete incorrecto de los bujes de las ruedas.
Los profesionales advierten de que este sonido se produce por un movimiento de la tapa de protección posterior del volante, una pieza plástica, que puede desencajarse.
CREPITACIONES AL GIRAR EL VOLANTE
Los operarios del taller achacan generalmente este sonido al desgaste de las juntas internas.
ROCES AL GIRAR EL VOLANTE
Una de las causas de este ruido se debe a que la junta articulada de la barra de dirección no dispone de la lubricación requerida.
CHASQUIDOS AL GIRAR EL VOLANTE
Si estos ruidos se producen detrás del airbag del volante de la dirección, pueden estar indicando problemas electrónicos.
CHIRRIDOS AL ACCIONAR EL VOLANTE HACIA AMBOS LADOS
Estos sonidos anómalos generalmente se dan porque los palieres o juntas homocinéticas se encuentran en mal estado.
RUIDOS DE ARRASTRE CON GIRO INESTABLE DE LAS RUEDAS
Los mecánicos consideran que esto es debido al desgaste asimétrico de las ruedas.
Los neumáticos son los únicos cuatro elementos que unen el coche con el asfalto, por lo tanto se trata de uno de los elementos de mayor importancia en el vehículo, desde Talleres M&D te ayudamos a realizar un correcto mantenimiento de los mismos.
Cuando cambiar los neumáticos de tu coche
¿Cuándo cambiar los neumáticos?
Los neumáticos hay que sustituirlos cuando se desgastan, algo que varía mucho en función de diversos factores: tipo de coche, clase de uso, estilo de conducción… Por poner un ejemplo, en un turismo convencional, del segmento de los compactos, de 1.200 kg de peso, tracción delantera y un uso mixto carretera-ciudad a ritmo normal, lo habitual es cambiar los neumáticos delanteros cada 40.000 km y los traseros cada 60.000 km.
Si no recorres tantos kilómetros, igualmente un neumático conviene ser reemplazado antes de que cumpla los 8 años: su fecha de fabricación viene grabada en su parte lateral en el formato ‘2614’, lo que querría decir que fue fabricado en la semana 26ª del año 2014.
La vida útil del neumático comienza a partir de su instalación en el vehículo. Todas las marcas aconsejan inspeccionar los neumáticos del vehículo pasados 6 años desde su montaje, aunque se hayan recorrido pocos kilómetros. Esa revisión del estado de los mismos por parte de profesionales permitirá validar su continuidad o no. Aunque el estado físico de los neumáticos sea correcto no se recomienda seguir utilizándolos más allá de los 10 años.
en un 25%
¿Cuánto puedes retrasar su cambio?
Nada, cámbialos, como tarde, cuando sus testigos de desgaste queden a la altura del dibujo de la banda de rodadura.
¿Cómo saber si los neumáticos están desgastados?
Lo mejor es comprobarlo visualmente, pero si no están en buen estado notarás carencias importantes en adherencia, especialmente sobre mojado.
¿Qué pasará si lo retrasas?
Unos neumáticos en mal estado son motivo de multa -200 e por cada uno-, se reducen la estabilidad del vehículo hasta en un 30% y aumentan la distancia de frenado hasta en un 25%
¿Cuánto cuesta cambiar los neumáticos?
El precio de unos neumáticos nuevos varía mucho en función de su medida. Cada neumático de un utilitario cuesta desde 60 euros, mientras que los de un deportivo pueden alcanzar fácilmente los 300 euros.
La llegada del verano pone en alerta a los componentes de los vehículos.
Uno de los sistemas que más se utilizan es el aire acondicionado o el climatizador. Elementos indispensables para mantener el habitáculo en una temperatura óptima y que, tras varios meses de invierno, ha pasado un largo tiempo sin funcionar.
Desde Talleres M&D recomendamos, con la llegada del calor, revisar el sistema de aire acondicionado, en previsión de los largos trayectos que se recorren
En primer lugar, es necesario que el sistema de aire acondicionado tenga un correcto mantenimiento, algo que no es usual en los conductores al tratarse de un componente que solo se utiliza unos pocos meses al año. Cambiar los filtros permitirá que no pierda potencia ni sufra averías y será una de las operaciones de mantenimiento que más se realicen en los talleres estos meses. Lo más recomendable es sustituir estas piezas cada 15.000 kilómetros.
Cambiar los filtros del habitáculo son importantes par el buen funcionamiento del Aire Acondicionado
Por otro lado, también se debe comprobar que todos los componentes del sistema de aire acondicionado están en óptimas condiciones para, por un lado su correcto funcionamiento, y por otro, no elevar el consumo del vehículo más de lo necesario. Su funcionamiento recae sobre todo en el compresor (que se acopla al giro del motor) y puede llegar a elevar el consumo de combustible en torno a un 5%.
Defectos tanto en el propio compresor como en el condensador, la válvula de expansión o el evaporador puede forzar el propio motor, elevar su consumo y causar averías.
3 Síntomas de que necesitas hacerlo
Descarbonizar el motor, este «remedio milagroso» tan de moda en los últimos tiempos hará que tu vehículo recupere la potencia perdida, además de reducir el consumo y las emisiones, pero también conlleva algunos riesgos.
Si tu coche tiene bastantes años, puede que hayas notado que no tiene la misma potencia del primer día. Una de las causas es que se haya acumulado carbonilla en el interior del motor, en cuyo caso habría que proceder a su limpieza, es decir, descarbonizar el motor.
La carbonilla, hollín o calamina son los residuos sólidos que se acumulan en la cámara de combustión de los cilindros del motor. Después, si no se realiza el mantenimiento adecuado, pueden pasar del sistema de inyección a la admisión y el escape, obstruyendo el interior del motor.
Carbonilla en los conductos
Por decirlo de otra manera, la carbonilla es al motor lo que el colesterol, a nuestro corazón. Las gotas de combustible que no se aprovechan generan una energía térmica inservible que forma residuos sólidos (carbonilla) y gases nocivos, como el dióxido de nitrógeno (NO2) o el monóxido de carbono (CO). Esto hace que el motor vaya perdiendo prestaciones y potencia, además de aumentar el consumo y provocar averías.
Aunque la carbonilla afecta a todos los motores sin importar el combustible, en el caso de los diésel es más acusada por la mayor presencia de residuos y el uso de sistemas anticontaminación. Además, la calidad del refinado o los aditivos también influyen haciendo que se forme con mayor o menor rapidez.
Cómo saber si el motor tiene exceso de carbonilla
Si tu coche presenta algunos de estos síntomas, no cabe duda de que acumula un exceso de carbonilla en el motor:
El escape emite un denso humo negro.
Consume más de lo habitual.
No tiene la potencia de antaño.
¿Qué es y cómo se descarboniza un motor?
Descarbonizar un motor es el proceso por el cual se eliminan los residuos y depósitos internos que se acumulan en las zonas afectadas del grupo propulsor. Dicho con otras palabras: es limpiar el motor.
En tu taller de mecánica Talleres M&D disponemos de la maquina más potente del mercado y la única capaz de limpiar filtros de partículas y geometrías de turbo al instante y capaz de descarbonizar el motor de tu vehículo de una forma no invasiva, gracias a un sistema patentado logramos un hidrógeno de una pureza muy diferente, libre de vapores ácidos.
Descarbonizar el motor para eliminar la carbonilla
Este proceso suele requerir de entre una y dos horas de funcionamiento del motor a diferentes regímenes y su precio ronda los 50 y 100 euros.
Los mecánicos profesionales recomendamos hacerlo entre los 15.000 y 20.000 kilómetros, que es cuando se calcula que los residuos tóxicos pueden empezar a ser un problema. Desde ese momento, cuanto más rodaje se haga, mayor perjuicio se estará causando en el motor.
Ventajas
Los resultados que se obtengan tras la descarbonización dependen mucho del motor y del estado del mismo. En algunos casos las mejorías pueden ser leves e, incluso, inapreciables, pero el objetivo de este proceso es hacer que el motor vuelva a su máximo rendimiento y funcione como si acabara de salir de fábrica, algo que se consigue en muchos casos. Entre sus beneficios cabe destacar:
Aumenta la potencia y par motor: ya que la compresión de los cilindros y el trabajo del bloque volverán a ser óptimos.
Reduce el consumo: como el motor no tiene que hacer tantos esfuerzos, no necesita tantos recursos para llegar al máximo rendimiento.
Contamina menos: la descarbonización hará que desaparezca ese humo negro del escape, que es donde se condensa todos los gases nocivos que se producen en la combustión.
Reduce las vibraciones y el ruido: al desaparecer las obstrucciones, el coche circulará airosamente al ralentí y el motor emitirá un sonido normal.
Si estas pensando en salir de viaje, seguro te preguntaras ¿Cómo preparo mi coche?
Antes de iniciar un viaje en coche, es imprescindible revisar nuestro vehículo para asegurarnos de que todo está correcto y prevenir así ciertos imprevistos. De esta forma, será necesario hacer la puesta a puntodel coche los días anteriores a partir hacia el destino escogido.
Revisión de vehículo
Pasos a seguir:
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En primer lugar, cabe destacar que es necesario realizar revisiones periódicas a nuestro vehículo para prevenir posibles averías y problemas. Para ello, consulta el manual o si nos visitas, en Talleres M&D te recomendamos cada cuántos kilómetros o tiempo debes hacer una revisión.
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Asimismo, existen algunos elementos que tendrás que revisar de forma indispensable antes de empezar tu viaje en coche. Puedes chequearlos tú mismo/a en casa o venir a Talleres M&D y dejarlo en manos de un profesional.
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Los neumáticos serán uno de los elementos a los que mayor atención deberás prestar. Para ello, deberás comprobar que la presión sea la correcta (siempre deberá chequearse con el coche parado y en frío), así como también revisar que el desgaste no sea excesivo.
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También será necesario revisar los niveles de aceite de tu coche. Para ello, deberás parar el motor del coche y dejar que se enfríe para que el aceite vuelva a su nivel normal, ya que el calor del motor en funcionamiento hace que el aceite se caliente y se expanda.
Revisión de aceite y filtro
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Será muy importante que chequees los frenos de tu automóvil, ya que son uno de los elementos más importantes del vehículo y que puede suponer un grave problema si no funcionan bien. Revisa el líquido de frenos, mediante las marcas del depósito que lo contiene. Comprueba también las pastillas y discos de freno, a través del lateral de las ruedas.
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Una vez abierto el capó, también tendrás que revisar otros líquidos como el líquido de refrigeración, el agua del limpiaparabrisas y del radiador. Te recomendamos usar agua destilada para evitar que la cal del agua pueda estropear el motor de tu vehículo. Durante la época invernal, también deberás asegurarte de que cuentas con líquido anticongelante.
Revisar niveles del liquido refrigerante
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Por otro lado, antes de un viaje en coche, deberás comprobar también que todas las luces funcionan: luces de posición, largas, cortas, faros antiniebla, intermitentes, etc. En caso de que alguna esté estropeada, deberás reemplazar la bombilla o buscar cuál es el problema.
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Asegúrate también de disponer en tu vehículo de determinados elementos indispensables como son:
Triángulos de señalización o led de asistencia en carretera.
Chaleco reflectante (es obligatorio por ley)
Rueda de repuesto
Herramientas básicas
De esta forma, en caso de avería, podrás hacer evidente que tu coche se ha estropeado sin correr ningún riesgo.